Maravillar a la gente con la ciencia es el objetivo, pero claro, hay muchísimas formas de hacerlo. Estos son los grandes pilares en los que invierto horas para intentar transmitir mi pasión por la física, las matemáticas y otras movidas tope tochas.
Seguro que tienes alguna tonadilla que vive en tu cabeza sin pagar alquiler. A mí me pasa. ¿Por qué no aprovechar el poder de las melodías pegadizas para explicar conceptos científicos con un poco de humor?
El poder de las pantallas es innegable. Y dentro de esos pequeños cristales iluminados, sin duda el formato que más triunfa es el vídeo. Un abanico enorme de posibilidades combinando audio, imágenes, animaciones y música para explicar y entretener.
El cara a cara no pasa de moda. Y una vez superado el complicado trámite de configurar un proyector, poder contar cositas delante de un público interesado es de las mejores sensaciones del mundo. Sobre todo si al acabar hay un pequeño aplauso.